Recientemente, el Banco Central
Europeo (BCE) (que obtiene sus ingresos de los impuestos de los ciudadanos de
la zona euro) ha inyectado cantidades ingentes de dinero a centenares de bancos
europeos. En concreto, el pasado 21 de diciembre prestó 489.190,75 millones
de euros al 1% y a devolver en tres
años, a 523 bancos europeos, lo que suponía la mayor inyección de liquidez a
los bancos de toda la historia. A pesar de la magnitud de la cifra y las
más que ventajosas condiciones, todo parecía indicar que la situación de crisis
económica internacional lo requería. Supuestamente, el objetivo de este
"préstamo regalado" era, entre otros, que el dinero llegase a la economía real, de forma que los bancos facilitasen
el crédito a las familias y pequeñas empresas, motores del consumo mundial.
Mario Draghi, Presidente del Banco Central Europeo
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Supuestamente, estas dos inyecciones
de liquidez tenían como objetivo facilitar el crédito a familias y pymes. Sin
embargo, la realidad es bien distinta. En la mayoría de los casos ese dinero
que el BCE inyecta a los bancos con los impuestos de todos, tiene como destino
final "sanear las cuentas" de las entidades bancarias para cubrir "sus necesidades
de financiación e inversión". Vamos, que nos toca a los ciudadanos pagar los gazapos cometidos por los bancos en los últimos años. Esta irregularidad parece connivir tácitamente con la mayoría de medios de comunicación y con partidos
políticos de cualquier color, y en el caso español sin distinción entre PSOE y
PP. De momento el crédito fluye con cuentagotas y parece que nadie se lanza
a poner el cascabel al gato.
No dejaría de ser anecdótico si
no fuera porque esos fondos son de los mismos ciudadanos a los que luego los
bancos prestarán ese mismo dinero, sacando además un beneficio por ello. El chollo es redondo. Para ser más claros, el
BCE presta nuestro dinero a los bancos y le cobra por ello un 1%. Luego los
bancos nos prestan a nosotros ese mismo dinero (por supuesto pidiéndonos como aval no sólo la nómina, sino todo tipo de bienes, independientemente de la cuantía de crédito que solicites) y encima nos cobran
por ello un 5 ó un 6%. Vergüenza tras vergüenza.
Se me ocurre otra posibilidad… Que el BCE deje directamente el dinero a empresas y familias al 1%, facilitando el acceso al crédito de forma responsable. De esta manera, en vez de tapar los agujeros negros de los bancos, nos acercaríamos más al objetivo de reactivar el consumo y crear empleo.